sâmbătă, 29 august 2009

Festival Internacional de Marionetas, Bilbao, hacia 1981...

Todo estaba lejos entonces, no sólo Rumanía. Pero el país de Ionesco, Cioran, Eliade, Eminescu, Brancusi, del Conde Drácula, por supuesto (!), formaba parte, hacia 1981, del bloque de regímenes totalitarios autodenominados "socialistas". Sin embargo, Ceaucescu había conseguido que Rumanía tuviera una cierta autonomía en el ámbito de las relaciones con la Europa occidental.
Mi primer contacto con rumanos puede ser un ejemplo de hasta qué punto Europa estaba totalmente invertebrada en aquel momento... Fue con ocasión del Festival Internacional de Marionetas de Bilbao, que se celebraba en el teatro Arriaga. Fui un día a ver una obra rumana. Al acabar la función, otro bilbaíno y yo nos quedamos a intentar hablar con algún actor. Y en efecto, charlamos un rato con una chica. En francés. Y yo le pedí por favor a ver si tenía algo en rumano, un periódico, algo, porque tenía gran curiosidad por esa lengua y por Rumanía en general. Ella amablemente vino un poco después y me regaló una edición de aspecto prehistórico de la Revista Unesco y unos folletos turísticos. Yo tenía entonces unos 17 años y me fascinó ese breve encuentro entre personas de mundos (europeos) tan separados y heridos. Porque los europeos somos una especie de familia de 500 millones, aunque no mucha gente se pare a pensarlo.
En 2009, 20 años después de la revolución, Bilbao se prepara para tener su primer consulado rumano. România aproape. Ojalá podamos acercarnos ahora mucho más.

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