miercuri, 2 decembrie 2009

Un lugar llamado Tomis

Su nombre se quiere hacer derivar de la reina Tomiris de los masagetas, uno de los pueblos escitas, pero es más conocida por haber sido el lugar de destierro del famoso poeta romano Ovidio, quien pagó allí con pena de exilio perpetuo la famosa imprudencia del carmen et error. No se sabe el motivo de su exilio, quizás porque participó en rituales adivinatorios sobre el destino de Augusto o porque conocía los escarceos amorosos de Julia, la hija de Augusto. El caso es que allí compuso sus famosas Tristes y Pónticas, falleciendo a los 74 años, en el año 17.
Plinio el Joven enumeró a Tomis entre las ciudades más bellas del Ponto. Pero las descripciones de Ovidio son menos halagüeñas. Habla de ella como una avanzada en los confines del mundo, en una región salvaje y estéril, donde se hiela hasta el mar durante los interminables inviernos y gravita siempre la amenaza de los bandoleros bárbaros, que aprovechan el Danubio helado para sus incursiones. Ovidio fue a Tomis en un momento en que la situación del bajo Danubio era particularmente tensa. La ciudad era todavía modesta y sólo adquiriría importancia con la creación de la provincia romana, convirtiéndose en el mayor centro portuario del mar Negro, mientras se obstruía lentamente el embarcadero de Istria, por los depósitos de arena acumulados por el Danubio.
(el Pontos Euxeinos es el actual Mar Negro; Tomis se encontraba en donde hoy se alza Constanţa)

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