Tres reyes rumanos: Ferdinand I.

Nacido en Sigmaringen, en el suroeste de la actual Alemania, el príncipe romano-católico Ferdinand de Hohenzollern-Sigmaringen era el hijo segundogénito del príncipe alemán Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen y de la princesa Antonia de Portugal (1845-1913).

Debido a que su padre y hermano mayor renunciaron a sus respectivos derechos al trono rumano, el joven Ferdinand se convirtió en heredero al trono de su tío Carol I de Rumanía, en noviembre de 1888 puesto que éste no tenía descendencia. El gobierno rumano no le pidió la conversión al cristianismo ortodoxo, religión mayoritaria en Rumanía, pero se exigió que sus futuros hijos fuesen educados en la fe ortodoxa, que entonces era la religión oficial de aquel país.

En 1893 Ferdinand se casó con la princesa María de Edimburgo (1875-1938), hija del príncipe Alfredo, duque de Edimburgo y de la gran duquesa Maria Alexandrovna de Rusia. La princesa María era la nieta paterna de la reina Victoria I del Reino Unido y el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo, y por vía materna del zar Alejandro II de Rusia y su esposa, la princesa María de Hesse.

Ferdinand sucedió a su tío Carol I como rey de Rumanía el 10 de octubre de 1914, meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, si bien Rumanía no participó inicialmente en la contienda. Ferdinand reinaría hasta su muerte en el 20 de julio de 1927.
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