en Bucarest hay cosas maravillosas y... cosas que no lo son tanto. Por ejemplo, perros vagabundos. Muchos, aunque menos que antes.
Cuando yo visité Bucarest en 2001, impresionaba. Decían que el asunto venía de la época del Plan de Sistematización de Aldeas.
Ojalá que el problema se pueda ir solucionando. Seguro que hay cuestiones más urgentes, como atender a los humanos más excluídos, pero...
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